Conoce un poco
de mi historia

A lo largo de los años, he desarrollado un método único que enseña la habilidad más esencial para el éxito: sublimidad.

2014

2024

Estafa Millonaria

Al borde del suicidio

Mi trayectoria

Desde que inició mi camino, tuve la oportunidad de enfrentar 5 muertes simbólicas y superar 11 profundos traumas. Cada uno de estos momentos me condujo, con valentía y aprendizaje, a descubrir mi verdadero propósito en la vida.

De mis 4 a mis 14 años

Viví bajo el peso constante del rechazo y la marginación, todo por algo tan trivial como mi afición al fútbol en un colegio con estándares marcados en lo que a ser niña se refiere. Recibirlos día tras día sin cesar, dejó una herida profunda en mí, una que intenté sanar de la peor manera posible: renunciando a mi autenticidad para encajar y buscando desesperadamente satisfacer a los demás a toda costa.

De mis 14 a mis 16 años

Alguien se acercó a mí, y pronto me vi inmersa en un ambiente dañino del que, en mi necesidad desesperada por encajar y no quedarme sola, no podía apartarme. Lo que soporté para mantenerme en ese grupo tiene un nombre: Bullying devastador. Agresiones físicas, vejaciones, humillaciones. Pero, por extraño que parezca, permanecía allí, convencida de que este sufrimiento era el precio a pagar por la aceptación. Gracias a la intervención de verdaderos ángeles, mis padres, pude escapar gran parte del infierno que viví. Su amor inquebrantable, su apoyo sin reservas, me brindaron la fuerza que ni yo misma sabía que poseía.

A mis 18 años

Mi mente buscaba una salida definitiva: la muerte. Planeaba mi propio fin, pero entonces, como si el universo hubiera decidido tomar las riendas de mi destino, sucedió algo inesperado. De manera inexplicable y repentina, se reveló ante mí la habilidad que no solo transformaría mi vida, sino que literalmente la salvaría: cantar. La música no solo me encontró; se convirtió en mi salvación. En ese momento (seguir leyendo y lo entenderéis), había descubierto la primera pieza de mi verdadero propósito en la vida.

Todo lo relatado anteriormente, forjó a mis 23 años una persona atrapada en una red de programas mentales disfuncionales, gobernados por el miedo. Fue ahí, en medio de esa oscuridad, cuando llegó el amor de mi vida. Estaba delante de un amor real y no sabía amar. Mi tercera muerte ocurrió cuando fui consciente del daño inconsciente que le causé. Sin embargo, ella no me soltó nunca. Luchó con su vida para que aprendiese a amarme. Fue entonces cuando adquirí un compromiso inquebrantable de convertirme cada día en Mi Mejor Versión y hacerla sonreír hasta el día de mi muerte final. Fue ella quien me introdujo en el maravilloso y transformador mundo de la lectura; un mundo del cual nunca más me desvincularé.

El trauma asociado a la culpabilidad generada por el daño causado a mi pareja, me arrastró hacia una espiral destructiva. En mi mente, nacía una idea retorcida: castigarme a través de la sobrealimentación, lo que me llevó a desarrollar un trastorno alimenticio.

Alcancé un peso de 110 kg; una obesidad severa. El daño que me hacía era intencional, con el claro objetivo de provocar una apariencia desagradable y que mi pareja me dejase. Fue mi cuarta muerte.

De mis 24 a mis 26 años
De mis 18 a mis 22 años

El canto era más que una pasión; era mi oxígeno, mi razón de vivir. Sin él, estaba muerta. Años de bullying y caos emocional habían desmoronado mis hábitos de estudio. En un intento por reconstruir mi vida, decidí estudiar farmacia, pero en lo más profundo de mi ser, siempre supe que ese no sería mi camino definitivo. Compaginé mis estudios con largas jornadas como friegaplatos y camarera en un chiringuito, para así costear mis grabaciones en estudios musicales; lo único que me conectaba con quien realmente era.

A mis 23 años

El deseo insaciable de evitar la soledad a costa de mi propia identidad, transformó el miedo al rechazo en un terror aún más profundo: el miedo al abandono. Fue entonces cuando tuve las consecuencias de no amarme; amando a los demás por encima de mi. Confiaba más en los demás que incluso en mi misma. Esto me llevó a caer en una trampa donde fui estafada, confiando en personas externas, e incurriendo así, en una obligación de pago judicial desorbitada para mi economía de aquel entonces. Esta fue mi segunda muerte, surgiendo otro ángel (alias mi mejor amigo en la actualidad). Este, junto con mis padres nuevamente, fueron mi guía y mi luz.

De mis 26 a mis 28 años

La herida financiera que me dejó la estafa del pasado, hizo nacer en mí ese espíritu inconformista que siempre tuve desde pequeña, manifestándose en una palabra: emprendedora. Decidí experimentarlo y me matriculé en la universidad, en la carrera de Administración y Dirección de Empresas, compaginándolo con mi trabajo en la farmacia.

Sin embargo, pronto me di cuenta de que los conocimientos allí impartidos no se alineaban para nada con emprender; eran contenidos obsoletos. No podía quedarme atada a un sistema que no resonaba con mis aspiraciones, así que tomé una decisión importante: deshacerme de las ataduras académicas y lanzarme al mundo real desde la residencia de universitarios en la que vivía. Fue en ese instante que mi destino se cruzó con el Comercio Internacional, un universo de oportunidades donde mi auténtica visión comenzó a materializarse.

Actualmente, a mis 28 años

Aunque parezca increíble, hoy agradezco a la vida por todas las pruebas que me ha puesto en el camino, aunque en su momento parecieran insuperables. Mi verdadero despertar llegó a los 28 años, cuando se reveló ante mí la segunda pieza clave de mi propósito (10 años más tarde a la primera pieza).

Todo comenzó con un golpe devastador: una estafa de más de 1 millón de dólares. Sí, el mayor desafío de mi vida se transformó en mi mayor bendición. ¿Cómo algo tan negativo podría ser positivo? Aquí radica el secreto que quiero compartir con vosotros: la lección más profunda y menos hablada debido al ego que suele dominar nuestras vidas. Aquella experiencia me mostró que vivía de fuera hacia dentro.

Esta fue mi quinta y última muerte hasta día de hoy.


¿Cuál es la segunda pieza de mi propósito real? Sublimidad; el camino hacia nuestro propósito y la vida en espíritu. Comprendí que solo al vivir desde adentro hacia afuera se puede encontrar paz y propósito.

Por esta razón nació la Sala · Sublime; dedicado a guiar a otros hacia una vida sublime; ¡viviendo con un entusiasmo! Porque, al final, los momentos más duros no destruyen, nos despiertan.

Para empresas y emprendedores, fundé la Sala · MP Sublime, un programa enfocado a sublimar su marca, cultivando autenticidad, liderazgo y magnetismo personal para destacar y generar impacto. Es una Academia de Sublime Rendimiento, donde se hará mucho énfasis en las revisiones de contenidos del miembro; una disciplina única que permite la creación de una energía magnética incomparable, capaz de distinguirte del resto, posicionándote como un referente en tu campo.

Isabel Navarro

¿En qué me diferencio?

No solo busco transformar lo que haces, sino quién eres y cómo te conectas con el mundo en tu máxima expresión.

Relaciones sublimes

Creo relaciones profundas y transformadoras, considerando a los miembros como socios en un viaje de crecimiento y expansión compartida.

Este vínculo va más allá de lo profesional; es una alianza en la que ambas partes evolucionan y dejan una huella significativa en la vida del otro.

El cambio interno producido con mi metodología se traduce en un dominio absoluto sobre uno mismo, elevado por un propósito trascendental siendo en espíritu, transformando realidades y fomentando conexiones auténticas, dejando un legado significativo y trascendente.

Mi autenticidad no es solo un rasgo, es mi principio rector, una expresión genuina de mi propósito que inspira, transforma y deja huella.

Cultivar autenticidad te generará: impacto personal, magnetismo social, éxito profesional, resiliencia y liderazgo sublime.

Metodología sublime
Autenticidad sublime